Este primero de año, nuestra compañera y abogada en Excellence Abogados, Francesca Jaume publicaba un nuevo Artículo en mallorcadiario.com sobre la Privacidad en las Redes Sociales. A continuación puedes leer el texto completo:
¿Os habéis fijado que la mayoría de los informáticos no publican su vida en las redes sociales? Es muy significativo que los que tienen las Tecnologías de la Información y Comunicación como herramienta de trabajo, sean cautos a la hora de proporcionar cierta información en Facebook, Twitter, Instagram y demás. Y no será porque no sean humanos como el común de los mortales, sino porque son plenamente conscientes de lo vulnerables que nos convertimos cada vez que explicamos a conocidos y ajenos qué hemos comido, dónde estamos o cuál es nuestro grupo musical favorito.
Hoy en día, uno de los principales activos de las empresas, por no decir el que más, es la base de datos de clientes potenciales con los que contactar, incluso, como sabemos, existen negocios cuya actividad consiste precisamente en proporcionar datos personales a otras. Puede que no le hagamos caso pensando en que nuestro dato a proporcionar es una cuenta de correo que hemos creado adrede para temas comerciales y basura análoga, sin embargo, detrás de esta dirección, muy probablemente estará nuestro nombre con un perfil de preferencias que, sin prestar cuenta, hemos ido proporcionando. Se supone que la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal tiene que velar por el uso indebido de nuestros datos, aunque el alcance tanto de la administración como de las fuerzas instructoras no tiene poder suficiente para desplegar la acción punitiva como sería debido. Un entramado de autorizaciones desconocidas por el afectado y la competencia territorial de carácter internacional son algunos de los sistemas que se utilizan para burlar la ley.
Además de toda la cuestión del Big Data, no menos importante está la ciberdelincuencia. Por muy protegidos que nos pensemos estar, hay profesionales que saben a la perfección como vulnerar los firewalls, antivirus, antispams, IPS y redes virtuales privadas y entrar en nuestro ordenador o servidor. Los riesgos son infinitos: la captación de nuestras contraseñas de tarjetas de crédito, el robo de fotos y vídeos íntimos, o el secuestro de expedientes laborales a cambio de una recompensa.
Y, en el plano más terrenal, no olvidemos que por muy capados que tengamos nuestros perfiles en redes sociales, hay quienes saben entrar y ver si estamos de viaje o el aspecto de nuestro hijo. Así es que, aunque no os voy a decir qué tenéis que hacer con vuestra vida, pensad en el riesgo que supone una imagen en las redes de ustedes con sus hijos celebrando las campanadas en Londres.
Autor: Francesca Jaume