Puede haber sido a causa de un error, de un momento vital sin rumbo o simplemente de la imposibilidad de pagar una multa. La cuestión es que los Tribunales nos decretan la entrada en prisión.
¿Cómo debemos de actuar a partir de ahora?
La pena privativa de libertad se ejecuta a través de un auto por parte del tribunal sentenciador en el que se indica el plazo para entrar en el centro penitenciario de Palma de Mallorca de manera voluntaria. Este plazo, habitualmente de cinco días, puede ser modificado bajo petición justificada por parte del condenado.
Una vez que tenemos estos cinco días para entrar, y si queremos evitar entrar en situación de búsqueda y captura, deberemos de personarnos en el Centro Penitenciario que hayamos elegido (habitualmente se escoge el de mayor proximidad al domicilio familiar) con el auto de ejecución y una bolsa con los enseres que necesitaremos a más corto plazo.
Se recomienda no ingresar en viernes, puesto que, de hacerlo así, nos podemos encontrar durante todo el fin de semana en el módulo de ingresos sin poder acceder a la bolsa de nuestra ropa y, por consiguiente, sin podernos cambiar de ropa.
Una vez dentro
Una vez realizado el ingreso en el Centro Penitenciario, éste decide, atendiendo a nuestras circunstancias personales y delictivas a qué módulo en concreto se cumplirá la pena privativa de libertad mientras no se consiga el tercer grado o la libertad condicional.
Cada cárcel, de acuerdo con sus dimensiones y posibilidades, tiene módulos que se adaptan a situaciones de distinta índole. Así pues, existen módulos para internos con puesto de trabajo en el centro, para toxicómanos en proceso de rehabilitación, de respeto, enfermería, para enfermos mentales, primer grado, de mujeres…
En caso de desacuerdo con el módulo asignado
Para quien esté en desacuerdo con el módulo al que ha sido destinado, hay que tener en cuenta que existe la opción de cambiar de módulo, y que incluso uno puede ser expulsado de un módulo concreto si no cumple con las circunstancias o deberes que son requisito para ello.
Atendiendo a la capacidad de cada módulo se podrá ‘disfrutar’ de celda individual o se tendrá que compartir con otro reo. Existen casos en que se autoriza compartir celda a personas que lo solicitan, aunque tiene que ser entre personas destinadas en el mismo módulo.
Vaya como comentario (opinión personal), que la amistad o respeto entre dos presos ha de ser muy estrecha para hacer llevadero el tiempo que se pasa dentro del ‘chabolo’ (así se conoce coloquialmente a la celda) puesto que se trata de un habitáculo bastante pequeño que no tiene una separación cerrada para baño y habitación.
Qué viene después…
Ya instalados, tomaremos contacto con el equipo de trabajadores sociales, educadores y psicólogos de nuestro módulo, que son quienes seguirán nuestra evolución.
También será el momento para designar a aquellas personas a quienes podremos llamar en nuestro derecho a las llamadas semanales (aportando su número de teléfono y demás documentación que nos solicitarán), así como también las personas que pueden visitarnos en nuestros contactos a través de locutorios o de vis a vis, ya sea en su vertiente íntima o familiar.
Autor: Francesca Jaume